El binomio salud + seguridad laboral: Aspectos por inspeccionar para un regreso seguro a los centros de trabajo

Ciudad de México a 5 de mayo de 2020.- Aunque garantizar las condiciones de salubridad y sana distancia serán la máxima prioridad en el retorno seguro a los centros de trabajo para contener la cadena de transmisión de COVID-19, las empresas deberán valorar con igual relevancia que la redistribución de espacios y verificación de los sistemas ofrezcan el mismo nivel de seguridad para los colaboradores.

Como parte del proceso de preparación, las empresas han mostrado gran conciencia y compromiso a fin de cubrir todos los lineamientos indicados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Como referencia, la asociación civil Cluster Automotriz de Nuevo León, organismo que agrupa a unas 100 empresas del ramo de autopartes, señaló que las empresas del sector automotriz del estado están invirtiendo entre 100 mil pesos y 1 millón de pesos en protocolos de seguridad sanitaria para el reinicio de operaciones.  Esta cifra es representativa del gasto promedio que están realizando las empresas en México.

En este regreso a los espacios de trabajo, uno de los primeros pasos a realizar es un proceso de desinfección de limpieza profunda. Aunque locales, edificios e instalaciones de actividades no esenciales han estado completamente cerrados desde mediados de marzo, algunas personas de vigilancia o mantenimiento o bien, algunos trabajadores con visitas eventuales podrían haber recorrido esos espacios, por lo cual la mejor línea de acción es tener seguridad de que los espacios están libres de rastros de virus activos.

Para los colaboradores, tener certeza de las operaciones de limpieza profunda puede brindarles mayor tranquilidad y una sensación de protección que será importante preservar para evitar episodios de re-contaminación que suelen ocurrir cuando se levanta el período de aislamiento.  En línea con la limpieza profunda y desinfección periódica de los espacios de trabajo, especialmente en zonas de concentración de los trabajadores, la reconfiguración de las zonas de trabajo con barreras físicas, comedores y áreas comunes, así como la redistribución de tareas serán aspectos de vital importancia para mantener la sana distancia.

Pero el COVID-19 no es el único aspecto que debe contemplarse en la estrategia de reocupación de oficinas, edificios o plantas de producción: “El escenario ha cambiado, la continuidad de los negocios ya no depende solamente de las ventas o las condiciones económicas. Hoy las empresas deben rediseñar sus espacios para disminuir al máximo el riesgo de contagio de COVID-19.  En esta nueva responsabilidad, otros riesgos deben ser valorados al mismo tiempo como la seguridad de los espacios físicos y el funcionamiento óptimo de los sistemas.  No solo se trata de encender un interruptor que ha estado apagado por más de dos meses.  La verificación de los sistemas debe ir en correspondencia con las nuevas condiciones laborales, la redistribución necesaria de los espacios y el retorno gradual de los colaboradores que involucra una densidad de población distinta.  Es un proceso de planeación e inspección que requiere gran cuidado”, explica Ricardo Alvarado, director ejecutivo de riesgos de Lockton México.”

En esta tarea, Lockton, el corredor y consultor privado de seguros más grande del mundo, ofrece consultoría en riesgo para analizar las medidas de ingeniería que son necesarias adaptar a los entornos de trabajo, verificar los sistemas y cumplir cabalmente con un retorno seguro para los colaboradores: “La Jornada Nacional de Sana Distancia implicó un cambio en la exposición de riesgo de las instalaciones y un primer riesgo por analizar tiene que ver con maquinaria que no se ha usado por mucho tiempo como el aire acondicionado, los elevadores, el sistema de agua caliente, cocinas, sistemas de protección contra incendios, 
alarmas de protección contra intrusos e incluso los servidores.  Por ello, como parte de los preparativos para regresar a los centros de trabajo, es importante inspeccionar estos equipos y validar que funcionen adecuadamente antes de abrir cualquier ubicación o edificio ya que al arrancarlos de cero a cien pueden generar un mal funcionamiento o un incendio”, agrega Alvarado.

En este proceso de verificación, las inspecciones reglamentarias de planta y maquinaria pueden haberse retrasado o cancelado durante el cierre, por lo cual, una revisión detallada de las líneas de producción con pruebas e inspecciones de puesta en servicio inicial serán parte fundamental del proceso.

Por otro lado, si la propiedad tiene una o más cocinas comerciales, se debe considerar una limpieza profunda de los filtros de extracción y los conductos de ventilación.  Las partículas de grasa y polvo congestionadas pueden haberse acumulado mientras la cocina estaba fuera de uso, creando un riesgo potencial de incendio al volver a ocuparse.

Durante los siguientes meses, los expertos en riesgos y seguridad industrial deberán monitorear de cerca la operación y las nuevas condiciones laborales para hacer los ajustes pertinentes y garantizar los niveles óptimos de funcionamiento, en correspondencia a un retorno escalonado de colaboradores.

Como resultado de la contingencia sanitaria por COVID-19, las empresas reconocerán más el valor de contar con planes de continuidad y mapas de exposición de riesgo: “estimamos que en los siguientes dos o tres años, podremos observar un crecimiento de al menos un 50% en esta práctica sector”, concluye Alvarado.